El amigo de este no puede creer lo que oye al enterarse de la historia. Piensa que el hombre ha enloquecido de repente, que se ha enfermado, que se ha contagiado de alguna extraña fiebre tropical. No acepta que una amistad de tantos años se termine en unas pocas horas, pues así entiende que ocurrirá cuando él se marche en el barco y su compañero se quede en esa islita perdida.
Finalmente, la ceremonia se realiza, el hombre se casa con la mujer elegida, su amigo es testigo de la boda y a la mañana siguiente éste parte en el carguero, desde cuya cubierta saluda al borde de las lágrimas a su amigo de toda la vida, que agita su mano derecha desde la orilla.
El tiempo pasa, el hombre en el barco continúa recorriendo mares y puertos, y siempre recuerda a su amigo y se pregunta qué será de su vida.
Finalmente, la ceremonia se realiza, el hombre se casa con la mujer elegida, su amigo es testigo de la boda y a la mañana siguiente éste parte en el carguero, desde cuya cubierta saluda al borde de las lágrimas a su amigo de toda la vida, que agita su mano derecha desde la orilla.
El tiempo pasa, el hombre en el barco continúa recorriendo mares y puertos, y siempre recuerda a su amigo y se pregunta qué será de su vida.